Un poco más sobre Begut
Me llevé una sorpresa cuando caminamos juntas por Malasaña, me tomó del brazo con confianza, me pidió uno de mis pitis y comenzó a hablarme de su opinión decidida sobre la industria musical. Me convencí de que, la mayoría de las veces, las primeras impresiones no son ciertas y de que hablaba con una persona auténticamente enérgica, apasionada y talentosa.
Begut es su nombre artístico y lo describe como una amalgama de las partes de su nombre: Beatriz Gutierrez. Su proyecto musical surgió hace muchos años y ha ido cambiando con el tiempo. Canta desde pequeña, escribía historietas y compuso su primera canción a los 12 años cuando ya tocaba la guitarra y el piano. Se unió a una banda colegial a los 14 y aunque no recuerda el nombre, la reconoce como un primer contacto con la música a nivel grupal. En el bachillerato formó su primera banda “Begut The Band” movida por la necesidad de juntarse con otras personas, hacer arreglos y tocarlas en formato banda con sus amigos Mario Vidal y Samuel Azorín. Todo esto en el entorno de su ciudad natal, Zaragoza, donde se presentaron en La Plaza del Pilar para tocar frente a seis mil personas, todavía le parece una locura. Lo recuerda como una época “muy chula” que corroboró su decisión por dedicarse a la música. Se fue a Londres a estudiar composición musical moderna para volver a Madrid, firmar con una discográfica y llevar su proyecto como compositora y cantante.
Begut compone en inglés y en español, pero reconoce que hay una diferencia entre los dos idiomas. Describe el inglés como mucho más smooth y cree que es más difícil encontrar la manera de decir las cosas que quieres transmitir en español sin que suene cursi. Recuerdo la primera vez que la escuché y reconocí su voz melancólica y sus letras cercanas, letras que me parecieron sentidas y realistas, bastante alejadas de lo cursi. Me obsesioné con Honolulu porque sentía que era la pieza perfecta para dedicarle a mi ex novio en ese preciso momento, tuve la necesidad de mandarle un audio contándole cómo me había identificado con la historia que contaba y cómo la tenía en bucle para pasar el despecho.
Andre y yo escogimos a Begut para el lanzamiento de nuestro proyecto con las personas más cercanas a nosotras. Decidimos que queríamos experimentar y hacer vivir a los demás la experiencia de la composición musical de su mano. Ella quería crear el himno de Quarto, alrededor de la sensación de soledad versus la sensación de compañía. Días antes del evento, nos fuimos a ÖSS Kaffe, este espacio acogedor en la Calle Manuel Cortina, en donde íbamos a darle inicio a nuestra ida de olla para que conociera el espacio que iba a hacer suyo con su talento.
En el autobús de camino, le hice una serie de preguntas random y entre susurros, para evitar que los habitantes del tranvía escucharan, risas y un tanto de incomodidad, Bea confesó: