Actuar sin texto

Hablamos con Andrés Adolfo sobre el Quarto que imparte: Actúa sin texto - Ven a improvisar.

Andrés Adolfo Ruiz empezó su carrera actoral a los 13 años en Venezuela. Al conocerlo podrías asegurar que nació con una cámara enfrente, es prepararte porque irás con una butaca pegada a la espalda y serás espectador de sus ocurrencias. Andrés es de esas personas que poseen un brillo particular, que va por la vida siendo un personaje. Reunirte con él es tomarte una píldora de comedia.

 

Ha recorrido el mundo de la actuación desde dos latitudes muy distintas, se ha subido a las tablas para hacer una labor magistral de catarsis en públicos infantiles y adultos. Ha producido llantos, risas y asombro, ha evocado recuerdos, llevado historias al imaginario y creado personajes variopintos. Todo desde un amor profundo por el teatro y una misión por ayudar a las personas a disipar los disgustos y salir de las escenas con una chispa nueva, con una actitud distinta… ¿no es ese el poder del arte?

Ahora en España su carrera como actor sigue su curso y se fusiona con nosotras para crear este Quarto. Actúa sin texto parte de la idea de permitirnos probar el teatro y ver qué nos pasa al tantear con esta curiosidad. Darle un espacio a aquellos mortales que nos hemos preguntado: ¿qué pasaría si hago teatro? ¿Sería capaz de improvisar? ¿Podría superar mis miedos en público si me adentrara a la actuación?

Para eso, ÖSS Kaffe nos vuelve a abrir las puertas de ese lugar íntimo que aparece al bajar las escaleras, con la misma intención de darle vuelta a nuestra cotidianidad, permitirnos jugar con el arte e incursionar en nuevas formas de vivir la cultura. 

¿Qué es el teatro para ti?

A: Es mi oficio y mi pasión. A veces se convierte en angustia por lo difícil que puede ser vivir del teatro, pero es mi lugar seguro, ya sea como espectador, actor o productor o en cualquiera de sus formas.

¿Cuál es tu primer recuerdo sobre el teatro?

A: Uno de mis recuerdos más bonitos es el ensayo general de la primera obra que hice. Era teatro de calle, ensayábamos en una antigua cárcel que había sido rehabilitada y acomodada como un espacio cultural. Eran las 11 de la noche, estábamos cansados, tenía 12 años… mis padres llegaron con un montón de pizzas para todos, fue un buen comienzo, es un recuerdo que me genera ternura.

¿Cuándo te diste cuenta de que querías actuar? 

A: Empezó como una actividad extraescolar y se convirtió en mi profesión. Mi familia cuenta que la primera vez que fui al teatro con 4 años dije: “yo quiero ser actor”. Recuerdo tener 15 años, estar participando en un festival de teatro y pensar: “oye, esto es lo mío. Quiero vivir de esto”.

¿En qué consiste la improvisación y cómo fue tu primer acercamiento a ella? 

A: Mi acercamiento a la improvisación ha sido paulatina. En algún curso de interpretación os pedían improvisar en base a la escena. Luego empezó el coqueteo con la improvisación porque en las obras que estaba haciendo teníamos escenas para jugar/improvisar. Formalmente empecé en el 2017 y desde entonces ha formado parte de mi vida. La improvisación consiste en escuchar, aceptar y añadir algo. El famoso “Sí, y…”, una vez entendido esto ya estás dentro, se trata de jugar y de crear el momento.

¿Cómo ves reflejado el teatro en tu día a día? ¿En qué elementos crees que ayuda el adentrarse en la actuación? 

A: La actuación te da herramientas para poder mejorar tu postura, voz y confianza; desenvolverte en público, trabajar la memoria y tener una conciencia espacial de lo que rodea. El teatro está en todo, en las pequeñas historias que vemos en la calle o en la conversación que escuchamos sin querer en el metro.

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